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martes, 10 de junio de 2008

ROMA

La tierra de Rómulo y Remo fue heredera directa de los gusto griegos. Así también adoptó el concepto de la belleza física y por ende, la preocupación de ver cómo lucían sus cabellos. Un impacto para las mujeres romanas ocurrió cuando vinieron las cautivas que trajo Julio César de las Galias, quienes lucían unos hermosos cabellos rubios, a los que quisieron imitar. A partir de allí, se realizaron muchas pruebas para aclarar el tono del pelo, predominando el compuesto sebo de cabra y ceniza de haya, Los peinados fueron variando y esto es natural teniendo en cuenta la larga duración del imperio romano y la influencia que fue recibiendo al contacto con los diferentes pueblos que iba conquistando. De todas maneras se pueden agrupar los más habituales como el cabello redondeando la cabeza, la melena con rulos y el cabello recogido y trenzado. Ya en esta época, se practicaba la peluquería en forma permanente, surgiendo especialidades según que se realizara: peinado, color, postizos, etc. Pues, amigos, aunque esta rubia de la foto no sea de la antigua Roma, yo creo que merece la pena ver ese color dorado de su cabello que tanto soñaban tener las romanas de esa época. Un cordial saludo. Mari Carmen y Javi.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero bueno.... ¡¡ Cuanto sabéis !!!
A propósito, que buena olor habría en las peluquerías de entonces si tenían sebo de cabra y algún otro material de ese estilo que me imagino tendrían.
Un saludo grande,

Anónimo dijo...

Jajaja, pues ya ves. Supongo que todos con el mismo olor no se notaría mucho.
Gracias por tu comentario.
Un cordial saludo.
Mari Carmen y Javi